«En diversos países desarrollados y en vías de desarrollo, la
economía social, que integra habitualmente a cooperativas, mutualidades, asociaciones y fundaciones, […] [se ha transformado] en un actor activo de generación de riqueza y de distribución más equitativa entre grandes sectores de la población, a través de una gestión democrática, centrada en la ayuda mutua y la generación de servicios de interés general. […]
Las expresiones de la
economía social han ido generando un entramado económico y social de gran riqueza, que apunta a una distribución de la riqueza y el mejoramiento de la calidad de vida de la población, teniendo en el desarrollo integral de persona humana y sus comunidades su eje principal de acción».
(Departamento de Cooperativas,
Seminario internacional "Economía social y empleo", Gobierno de Chile, 2008, consultado el 06-05-2009)