«El
trabajo económicamente dependiente es muy común en el sector servicios y en actividades como la restauración, el catering, los medios de comunicación (periódicos, revistas, televisión, radio, edición), la enseñanza y la formación, las tecnologías de la información y la comunicación, el marketing, el telemarketing, la publicidad, el espectáculo, la administración, la contabilidad y los servicios sociales. Este fenómeno, no obstante, también se encuentra presente en sectores más tradicionales como el transporte, la construcción y el trabajo doméstico. [...]
El principal factor socioeconómico capaz de explicar la proliferación del
trabajo económicamente dependiente es el uso cada vez más frecuente de las prácticas de contratación externa, a través de las cuales numerosas actividades que solían desempeñar los trabajadores subordinados de la empresa (empleados) ahora se confían a trabajadores autónomos, estableciéndose para ello unas relaciones contractuales que tienden a desembocar en la aparición de una dependencia económica que los Estados intentan describir utilizando los elementos mencionados anteriormente».
(Perulli, A.,
Trabajo económicamente dependiente (trabajo parasubordinado), Parlamento Europeo, 2003, consultado el 26-01-2010)