La figura del
trabajador temporal apareció hace mucho tiempo en Europa y surgió como reacción al desempleo. La duración que pueden tener los contratos de trabajo temporal varían de país en país, sin embargo, en todo el mundo hispano la duración de este tipo de contratos no suele ser menor de un año ni mayor de tres.
Entre las razones que puede aducir un empleador para contratar un
trabajador temporal se encuentran: puesta en marcha de un proyecto específico, aumento eventual de labores a realizar en la empresa, vacaciones o reposo de un trabajador contratado u otras causas. Según estadísticas mundiales este tipo de trabajador tiene un alto rendimiento, el cual muchas veces es superior al del empleado o trabajador fijo, dado que el
trabajador temporal sabe que podría ser contratado si su desempeño es bueno.
El auge que ha tenido la contratación de
trabajadores temporales se debe, en gran medida, a que resultan más económicos para la empresa y los libera de muchas responsabilidades legales frente al trabajador.
(adaptado de Eloy, A.,
El Trabajo Temporal,
Servicios corporativos, consultado el 10-11-2010)
«Los
trabajadores cedidos por empresas de trabajo temporal disfrutarán del mismo acceso a las facilidades colectivas de la empresa usuaria, como los servicios de asistencia a los niños, que tienen o tendrían los trabajadores empleados directamente por la empresa usuaria con contratos de la misma duración, a menos que concurran razones objetivas que justifiquen un trato diferente. [...]
El periodo durante el cual el
trabajador cedido por una empresa de trabajo temporal es puesto a disposición de una empresa usuaria para trabajar en ella bajo el control de dicha empresa».
(Síntesis de la legislación de la UE,
Régimen de los trabajadores cedidos por empresas de trabajo temporal, 2008, consultado el 10-11-2010)